Sin ser empleado ni jefe está en las empresas, lo ejercen ellos y ellas. Si es víctima sepa que puede hacer.
Creer que solo los hombres pueden cumplir con ciertas exigencias o condiciones que demanda determinado cargo y dar por seguro que una mujer no lo podría hacer o superar.. es machismo laboral, señala Karolina Pazmiño, psicóloga organizacional y coach en management y liderazgo, “No podrá por los horarios rotativos, porque tiene que recorrer zonas riesgosas, etc.”, ejemplifica la experta, quien opina que considerar a las mujeres en cargos que son de exposición al público, (como en la recepción) también es machismo.
Robert Safdie, autor del libro “Aquí mando yo”, y consultor en management, manifiesta que hay tendencia favorable femenina en los últimos años .La mujer ocupa más cargos y labores de responsabilidad que antes, cuando se la limitaba a trabajos subalternos; mas lo negativo es el injustificado y prepotente trato de parte de ellos hacia ellas y el famoso acoso sexual. Pero en este punto, “la responsabilidad es compartida: él no debe creerse autorizado a optar por actitudes autoritarias o machistas; y ella debe hacerse respetar”, enfatiza el coach de recursos humanos y catedrático.
La prepotencia
Safdie determina dos clases de machismo empresarial. Uno es el de actitud autoritaria con todo (puede desempeñarlo hombre o mujer), y que a criterio del profesional debe cambiar porque ya no es el tiempo del “aquí mando yo” sino de” hagámoslo juntos”. En una compañía o negocio, “si al supervisor o jefe lo tratan mal, este replicará el mismo trato a sus subordinados, generando un círculo vicioso. Esta clase de machista causa temor, no respeto” precisa Safdie. El machismo sexual es el peor, y según el experto, tiende a desaparecer, siempre que la mujer sepa establecer los límites.
El real problema
“Lo peor es creer que vivimos en una sociedad de igualdad; la desigualdad ha existido y existirá, hombres y mujeres somos distintos y esa diferencia es necesaria, hay que aceptarla y respetarla es el verdadero reto”, expresa Pazmiño, quien señala que se vuelve un problema cuando los derechos son irrespetados o se abusa de la condición femenina ,impidiendo acceder a un empleo, cuando se limita el nivel de ingresos, no se le paga bien, cuando la mujer es contratada para “exhibirla” y ella lo acepta por necesidad.
Comentarios ofensivos
Si una mujer en una empresa se siente víctima de miradas o comentarios incómodos, ofensivos o machistas, debe ir a Recursos Humanos y contar lo sucedido. Dicho departamento tomará las medidas, indica Safdie, quien dice que la mujer debe hacerse respetar. “ Si ellos hacen comentarios ofensivos que se vayan al baño, no frente a terceros», precisa el experto.
Pazmiño dice que las empresas ecuatorianas ejercen control preventivo del ambiente laboral, como obligación de seguridad y salud ocupacional, debidamente regulado por el Ministerio de Trabajo. Esto incluye el acoso sexual. “Hay procesos legales para comprobarlos y denunciarlos, pero principalmente las señales para identificarlos a tiempo y tomar el control es responsabilidad de los líderes y de los gestores de Talento Humano».
La soltera, la más afectada
Respecto a la paga, hay más discriminación principalmente en la mujer soltera, por considerar que al no tener dependientes a su cargo se le puede pagar un menor sueldo. Por eso las búsquedas laborales se realizan con dicha ideología. Incluso las mismas mujeres fomentan el machismo sin darse cuenta. Hay problemas entre ellas por horarios o asignaciones y les dicen: “No tienes hijos puedes venir los sábados”.
Cada quien tiene sus prioridades en la vida, ambas se deben respetar de igual manera”, dice Pazmiño.
Fuente: Diario Expreso, revista semana. Impresión domingo 4 de marzo de 2018
Entrevista por: Romina Almeida Delgado
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