Juanita, una joven de 19 años, quien tuvo la oportunidad de iniciar como pasante, se disgustó ante el primer llamado de atención, y su madre la alentó a que no fuera más y busque empleo en otra parte.
Pedro, de 21 años, próximo a graduarse, tenía 2 meses trabajando medio tiempo con la mitad de una remuneración, su padre le sugirió que busque un nuevo trabajo con mejor sueldo y a tiempo completo, así que renunció a su trabajo para buscar una mejor oportunidad acorde a su nivel profesional.
Tatiana, de 20 años, no aceptó una oportunidad laboral por que la empresa quedaba a una distancia de 45 minutos de su casa y no tiene carro propio para poder llegar hasta el lugar.
Estas son historias reales que se viven en muchas empresas con los jóvenes entre los 19 y 22 años, quienes en su búsqueda de la satisfacción laboral prueban oportunidades, llegando así a tener hasta 5 empleos antes de haber cumplido los 25 años.
La primera influencia para la inestabilidad laboral, es la sobreprotección, asesoría o cuestionamiento desalentador de los padres, que afecta los tiempos de contratación, entrenamiento y estabilidad laboral en el sector empresarial.
La visión de todo padre es que su hijo alcance el éxito a corto plazo y sufra lo menos posible en ese proceso, todos sabemos que la realidad profesional, en países como Latinoamérica es una situación crítica; donde las plazas de empleo son limitadas.
¿Qué está pasando con la juventud?
La tolerancia a diversidad de criterios, asumir retos, respetar las normas y disciplinarse, no son valores que se aprenden en la universidad, son los padres quienes aportan o limitan a que sus hijos se adapten, a las exigencias ajenas, a conocer diversidad de personas, a aprender a hacer mucho y ganar poco en una edad temprana, es decir, a vivir lo que es el esfuerzo.
Olvidan enseñar a sus hijos, que esta es una fase temporal, es parte del camino que tiene un tiempo limitado pero que se debe cruzar y, que con resistencia podrán superarla para poder crecer no sólo como profesional.
La situación es que aún vemos jóvenes de 20 años que no acuden a entrevista sino están acompañados por uno de sus padres, que consultan con ellos si pueden o no aceptar el trabajo, y quienes asesoran a sus hijos a que no acudan más y siguen solventándoles mesadas o financiando sus proyectos de emprendimiento, que en ocasiones hasta pretenden ser proyectos de asesoría aun cuando no tienen la experiencia para asesorar.
Cómo brindar oportunidades reales a los jóvenes.
Consideremos estas oportunidades desde la realidad actual.
¿Qué pueden hacer los padres y qué pueden hacer las empresas? para permitir un crecimiento integral.
Los padres pueden:
- Escuchar a su hijo cuando le converse los conflictos de su lugar de trabajo.
- Evitar hacer opiniones negativas de los demás, recuerde que está escuchando sólo desde un punto de vista.
- Alentar a su hijo/a a que rescate aquello que pueda aprender del momento, por muy desagradable que sea.
- Cuestionar a su hijo/a si lo que está haciendo en ese momento le entusiasma para su futuro y si no lo entusiasma, acompáñelo a ver lo positivo de la experiencia.
Acciones de las empresas:
- Flexibilidad de horario que permita que los jóvenes concluyan sus estudios.
- Espacios y momentos para que puedan implementar proyectos educativos en la organización.
- Variar las funciones y tareas, para evitarles la cotidianidad.
- Corregir los errores en privado.
- Establecer metas que se puedan cumplir a corto plazo, y que esas pequeñas metas puedan alcanzar una meta mayor.
Gente & Gestión Ecuador.
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