“Todo chiste, en el fondo, encubre una verdad”.
-Sigmund Freud-
Cuando una persona se expresa o comunica información que no es bien recibida inmediatamente continúa con un: «te lo decía como chiste» o «era broma». Queriendo eliminar así la carga negativa de la información.
Lo cierto es que S. Freud identificó no solo las motivaciones del chiste sino también algunos tipos de ellos. El chiste y su relación con el inconsciente. Fue una obra publicada en 1905 por Sigmund Freud; lectura obligada para todos los psicólogos desde los inicios de la carrera. En ella se analiza lo que esconden los chistes y la comunicación que este revela.
Aquí profundizaremos sobre aquello que suena ofensivo, que enoja y lastima las relaciones y cómo podrías manejarlo.
El chiste realmente es un canal de información directa del inconsciente, una forma de revelar aquello que a las personas les reprime o molesta, en el contexto corporativo esta situación se identifica a diario desde la apariencia física, los tiempos de respuesta, reconocimientos sarcásticos y hasta ha sido categorizado como «mobbing laboral».
El chiste es un proceso liberador inconsciente que cuando son inocentes generan satisfacción al demostrar ingenio o ideas creativas, pero cuando tienen connotación satírica, irónica o ridiculizantes causan placer porque rompe con ideas reprimidas ante ciertos temas, ideas o conceptos que han querido ser transmitidos. El reír de este tipo de chistes que son maliciosos, liberan la tensión y permite introducir un concepto de manera más aceptable y civilizada, sin embargo, se está agrediendo indirectamente a la otra persona utilizando el chiste para disfrazar la hostilidad.
“El humor es la manifestación más elevada de los mecanismos de adaptación del individuo”.
-Sigmund Freud-

¿Cómo responder ante el «chiste» incómodo?
Todos las personas intuyen o «sienten» que hay algo malo o incómodo en el chiste y la respuesta generalmente es una risa comprometedora y dudosa. Lo mejor es ser frontal y expresar que no es de su agrado el comentario, lo más probable es que la persona defienda y argumente que es un chiste y no amerita importancia. Es mucho mejor mantener la seriedad y la habilidad para pedir que se evite en el futuro.
Cuando existen personas que realizan este tipo de chistes y es frecuente, lo mejor es evitarlas y no formar parte del mismo círculo; esto es posible entre amigos o familia pero no en el trabajo porque la condición laboral obliga a interactuar y mantener una relación de armonía. Es importante que exista un espacio en privado para dialogar y abordarlo con preguntas, aquí unos ejemplos:

«En reiteradas ocasiones he notado que haces bromas referentes a mi imagen personal y me incomodan, a la vez me intriga saber que desde tu punto de vista podría haber algo en mí que puedo mejorar. Quisiera escuchar tu criterio»
«Cuando hemos salido con los demás compañeros del trabajo, haz realizado bromas referente a mi interrelación con el sexo opuesto, según lo que interpreto yo sería una persona superficial en mis relaciones sentimentales. ¿Existe alguna razón por la que creas eso? me incomoda que tus comentarios están empezando a afectar mi reputación, agradecería te mantengas al margen.
«En las reuniones ejecutivas, tus bromas hacia mi hacen referencia a mi puntualidad o a los tiempos que me tomo para responder, lamento si en alguna ocasión me demoré para responderte, te agradecería que en un futuro me dejes saber cómo mis tiempos de respuesta afectan tu trabajo y yo te invito a conocer mi gestión y los motivos de mis tiempos de gestión».
En estos 3 ejemplos:
- Se resalta la acción y el momento exacto que no fue de agrado.
- Conlleva a una pregunta aclaratoria del ¿porqué y para qué lo hace?
- Tiene un pedido o promesa para que no se repita.
- Se debe realizar de manera directa y respetuosa.
Puede ser considerado un reclamo y realmente necesita ser frenado a tiempo, con el estado de ánimo apropiado; no hacerlo en un momento de tensión porque esto podría desencadenar en una discusión.
Los chistes son un canal de información que también comunican, por medio de estos se revelan juicios, apatía y hasta enojo; pueden afectar las relaciones, dañar un ambiente entre compañeros, amigos, familia. Si hay algo que nos molesta de los otros es mejor expresarlo a tiempo y desde el respeto; así mismo, comunicar aquello que no nos gusta recibir e indagar en qué podemos mejorar.
Autor:
Karolina Pazmiño Falcones
Psicóloga organizacional, Coach en management y liderazgo con posgrado en gestión estratégica de recursos humanos.
© La información aquí presentada es de propiedad de Gente & Gestión, queda prohibida su reproducción total o parcial sin autorización.
Deja una respuesta