Para definir profesionales íntegros primero debemos estar claros en lo que es la integridad, y nosotros la definimos como la situación entre el ser, hacer y pensar de manera congruente y coherente de manera positiva, en todos los aspectos de la vida.
La integridad en un entorno laboral la podemos identificar en acciones muy pequeñas y concretas en todas las áreas de gestión, así como en las diversas profesiones y cargos. Es hacer las cosas bien aun cuando sabemos que nadie está viendo ni evaluando que es lo correcto, por ejemplo si en un área está prohibido el uso de celulares y alguien logró ocultarlo y acceder a uno, aun cuando nadie vea lo que está pasando, esta persona incumple un proceso, aquí otras situaciones que también atentan condiciones íntegras en una compañía:
- Personas que tienen bajo su responsabilidad el cobro de dinero lo utilizan para fines personales y lo reponen en tiempos más cortos para evitar ser descubiertos.
- Cuando un colega plagia parte o la totalidad de una información de su compañero con el fin de ganarse los méritos ajenos como propios.
- Establecer relaciones por conveniencia, para acceder a información privilegiada, obtener un ascenso o un incremento salarial, utilizando exclusivamente las “buenas relaciones” y omitiendo si existe un buen desempeño para merecerlo.
- Manipular a las demás personas con fines estrictamente personales.
- Abusar de la confianza y del cargo que goza para otros fines que no son laborales, como por ejemplo el uso de los vehículos de la empresa, utilizar los viáticos para fines recreativos, falsificar información y utilizar otros recursos para obtener beneficios propios.
Identificar estas acciones requieren de profesionales calificados en entrevistas tanto situacionales como interrogatorios, entre otras. Aquí 4 recomendaciones.
- Valide si el estilo de vida del empleado es coherente, el nivel de gastos vs el nivel de ingresos. Si tiene más egresos y ostenta lujos cuando tiene un nivel de ingreso promedio, es una persona de quien podemos empezar a observar su conducta y la procedencia de sus bienes, en muchas ocasiones toda su gestión es legal, pero no es ética.
- Verificar si la persona cumple los procesos de sus tareas sin quebrar las reglas, optimizar tiempos o pedir favores a otros para alcanzar los resultados esperados.
- Lo que la persona dice de sí misma, de los demás; si desprestigia y busca dirigir toda la atención de los errores ajenos para evitar que vean los propios.
- Mediante el uso de sus redes sociales podemos observar principalmente la coherencia de la imagen que proyecta en la oficina y aquella que muestra en su vida diaria y su círculo cercano de amigos y parientes.
Recordemos que todas las empresas aspiran tener profesionales calificados para el cumplimento técnico y estratégico de la organización pero principalmente las empresas contratan seres humanos, seres “completos” aquel que piensa, siente, anhela y resuelve. Reconociendo que no podemos separar al ser humano del profesional, la persona es una sola esencia y el reto está en saber identificarlo a tiempo.
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