Cómo reducir el chisme en la oficina.

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Es común encontrar los rumores informales en la oficina, de toda naturaleza. Desde idilios entre compañeros, hasta el llamado de atención por algún reporte mal hecho. Pero qué hacer si estos chismes empiezan a separar las relaciones laborales.

A lo que nos podemos remontar a estos tres filtros que sugirió Sócrates:

  • Verdad: ¿Has examinado con detenimiento si aquello que quieres decir es verdadero en todos sus puntos?
  • Bondad: ¿Lo que quieres explicar es por lo menos bueno?
  • Necesidad: ¿Es imprescindible que cuentes esto?
No oir, no ver, no hablar el mal

En un establo del santuario de Toshogu, en un pueblo de montaña al norte de Tokio, están situados 3 monos de madera cuyos nombres  japoneses son – Mizaru, KikazaruIwazaru– es “no ver, no oír y no decir”, pero ¿a qué se refiere exactamente? El origen de estos populares animales podría estar en un proverbio que dice: “No veas lo malvado, no escuches lo malvado, no digas con maldad”, y que, al parecer, proviene de las escrituras de Confucio.

El mono que se cubre la boca, Iwazaru, está relacionado con los tres filtros de Sócrates, que son un método para no transmitir el mal. Las personas que se andan siempre con chismes pueden resultar amenas al principio, pero quienes las escuchan se ponen inmediatamente en guardia, ya que temen –acertadamente– ser el objeto de las críticas en una próxima ocasión. Por lo tanto, hablar mal de los demás nos desacredita.

La lección del mono que se tapa los oídos, Kikazaru, es que, siempre que nos sea posible, conviene no escuchar los mensajes negativos que nos quieren transmitir los demás, o incluso los medios de comunicación. Aunque no propaguemos directamente las habladurías, el hecho de escucharlas ya intoxica nuestra mente.

Sobre este segundo mono, el que calla, en Japón no es raro que una persona pida permiso para explicar a otra malas noticias. Y su interlocutor puede decidir no ser receptor del mensaje negativo para preservar su propio clima mental.

El tercer mono, Mizaru, nos recomienda no mirar hacia el lado oscuro de la realidad, a no ser que estemos saliendo de un pozo. Cada día nos suceden muchas cosas positivas y negativas. Si ponemos nuestros sentidos en estas últimas, todo nos resultará difícil y desesperante. En cambio, si nos enfocamos hacia el lado soleado del mundo, incluyendo las virtudes de los demás, avanzaremos mucho más ligeros.

Aquí unas recomendaciones prácticas que puede vivir de manera diaria:

1º identifique la informalidad del contenido que recibe e inmediatamente formalícelo, no con el fin de aclarar o encarar, es decir, tome en consideración correos electrónicos, memorandos, oficios, o cualquier medio que le permita identificar la formalidad de la información.

2º Si escucha información de compañeros, limite sus comentarios y de preferencia no opine ni propague lo escuchado.

3º Si considera que se ha tergiversado algo que usted expresó, converse con la persona directamente afectada, en otro lugar, con otro estado de ánimo; escuche primero, antes de aclarar la información.

4º póngase en la situación de los demás antes de emitir un juicio. Hablaría de usted mismo, así como habla de los otros.

5º no tome las cosas de manera personal, si recibió un llamado de atención, si escuchó un comentario equivocado de usted, puede estar o no de acuerdo, escúchelo, elija la información que le sirva para crecer y no busque responder ni “aclarar”, eso genera un estado de ánimo de confrontación, que es el resultado del chisme y de las malas relaciones personales.

El chisme es un canal de información, generalmente informal y negativo. Para muchos es válido, porque al fin y al cabo es información. Pero generalmente no aporta a nuestro crecimiento, no genera relaciones de confianza y respeto con los demás, es algo que puede evitarse en sus etapas iniciales y podemos así cuidar nuestra salud de pensamientos.

 

Fuente referencial:

Diario el País

 

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